La fuente de la inexactitud

2023-07-11 Neymar Romero

A todos nos toca avanzar, aunque existan momentos en los que nos sintamos arrastrados, sin fuerza y desilusionados. Últimamente, Noelia se había sentido de esa manera, había tenido una racha de pérdidas y bastante incertidumbre, en esos días la ansiedad se había apoderado de ella porque su abuela materna había enfermado, tenía miedo de perder a otro ser amado.

Esa noche, exactamente hace dos años, cuando salió a tomar un poco de aire después que los doctores le pidieron que dejara descansar a su abuela, Noelia
decidió caminar un rato por una plaza cercana, en esas semanas de hospital, ese lugar había sido su respiro.

Se acercó a la fuente de los deseos que estaba justo en el centro de la plaza, se sentó en el borde y vio todas las monedas que otras personas habían colocado con la ilusión de ver algún sueño hecho realidad, subió la mirada y leyó una advertencia en la fuente que decía: «Cuidado con lo que deseas». Aun así, cerró sus ojos y con mucha fe deseó que su abuela sanara, que pudiera recibir una nueva oportunidad y continuar viviendo.

Hoy, luego de ese tiempo transcurrido, algo la hizo volver a ese lugar. Mirando la fuente en la que había deseado que su abuela se salvara, se dio cuenta de que la vida era totalmente injusta por no haberle concedido ese deseo. Cerró sus ojos con fuerza y luego se fue de allí, envuelta en sus pensamientos y un poco nostálgica, recordando su pasado. En un tiempo, se sintió una mujer productiva, que lograba todo aquello que se proponía, sin embargo, actualmente se encontraba estancada en todo, en su trabajo, en sus ideas y hasta en la relación con sus amigos. Noelia sentía que ya nada le gustaba, no estaba cómoda en ningún sitio y con ninguna persona. Todo eso había hecho que su autoestima bajara, que se sintiera poco atractiva y que dudara de su inteligencia y creatividad.

Caminó durante tres horas, casi que, llevada por la brisa. Inmersa en sus pensamientos, en un estado de ánimo tan neutro que solo el ladrido de su perro la hizo caer en cuenta de que había llegado a casa. Allí vivía con su familia, la cual
estaba compuesta por su padre Alberto, un hombre tranquilo, trabajador y con muchas historias que contar, su madre Lucía, una persona con carácter fuerte pero muy cariñosa y atenta con todos. También su hermana Camila, una adolescente reservada pero muy talentosa y amigable.

Entró a la casa, saludó a todos y luego simplemente tomó una ducha para encerrarse en su habitación, ese era su refugio, su zona segura.

Buscó su libreta en el armario, aquel donde escribía cada detalle de sus alocados pensamientos, para ella, escribir era una de las cosas que la hacían mantener un poco de cordura, se desahogaba y expresaba todo lo que sentía.

Escribió hasta quedarse dormida. Despertó en la madrugada, exactamente a las tres de la mañana, sudando, respirando con dificultad y con lágrimas que no paraban de caer por su rostro.

Otra vez ese sentimiento de tristeza y culpa le envolvían el cuerpo entero en un escalofrío, los recuerdos se volvían tan reales como el punzante dolor que sentía en su pecho. Recordar cómo perdió a su abuela Rosa repentinamente le hacía perder el control. Piensa en ese momento en las manos de su abuela, su mirada y la poca fuerza que le quedaba. Quizás ya no sentía nada, tal vez ya estaba en otro mundo cuando ella le dijo que no estaba sola, que se recuperaría, que ella se quedaría allí esperándola.

Es impresionante, pasa el tiempo y las personas nunca se preparan para vivir, que temible se vuelve la vida y es ilógico que nos cueste tanto vivir sabiendo lo corto que es el tiempo. Noelia se para de la cama, hace muchas respiraciones hasta que por fin logra encontrar un poco de calma cambiando sus pensamientos negativos por los momentos felices que vivió con su abuela.

Entra al baño a ducharse para luego colocarse su uniforme y minutos después salir de su casa. No le gusta llegar tarde y aunque vive aproximadamente a 20 minutos del trabajo salía a la hora exacta para llegar a tiempo. Camina mientras escucha música, su gusto musical es variado, pero lo que más le gusta son las baladas y el pop en inglés, eso escucha durante el camino.

Al llegar, todo el personal está fuera de la oficina, hubo una falla en la electricidad y eso causó un cortocircuito. Les piden a todos los trabajadores que abandonen el área de trabajo para evitar accidentes y les dicen que serán llamados cuando todo se solucione.

Noelia no quiso volver a su casa al instante, así que cruza la calle y camina un poco hasta llegar a un pequeño establecimiento destinado para aquellas personas que deseen estar tranquilas conversando y leyendo un poco. Hay grama artificial, un carrito de helado y muchas personas estudiando con sus compañeros.

Noelia se sienta en uno de los bancos un poco alejada de la multitud, saca la libreta de su bolso. Mira a su alrededor, el cielo, las personas, se desconecta de todo y se dedica a escribir. Un millón de veces volvería a esperar si con esa espera te volviera a encontrar.

—Hola, disculpa que te interrumpa —Noelia sale de sus pensamientos al escuchar que le hablan.

Voltea y se sorprende al ver que se trata de Alex. Es un muchacho que pertenece a otra área de la empresa y aunque lo ha visto en varias ocasiones, es la
primera vez que le habla.

—Eres Noelia, la encargada de dirigir el área de las operaciones internacionales ¿cierto?

—Hola —contesta Noelia y cierra su libreta para prestarle más atención al muchacho.

—Sí, soy yo, ¿también estás haciendo un poco más de tiempo antes de volver a tu casa? —Alex mira a otra parte buscando alguna razón en su mente para contestar esa pregunta.

La verdad es que llevaba un tiempo interesado en ella, en la manera en la
que se expresaba con las personas, su personalidad reservada y su tierna sonrisa, pero claro que no le diría eso.

—Sí, vivo un poco más lejos, me dijeron de este lugar hace un tiempo y como salimos temprano y está cerca quise venir un rato, ¿te molesta si me siento a tu lado? —Alex secó sus manos en el pantalón.

Aunque se mostraba como un chico superextrovertido, la verdad es que era bastante tímido, pero igual se arriesgó a preguntar, lo máximo que podía pasar es que Noelia dijera que no, aunque tomando en cuenta que llegó a interrumpir a la muchacha, era algo bastante probable que pasara. Bueno, nada perdía con intentar.

—Para nada, siéntate —dijo ella.

Noelia le hace espacio a su lado mientras con su mano da palmaditas en el banco para indicarle dónde quiere que se siente. Una distancia adecuada, ni tan cerca ni tan lejos.

—Advierto que no soy la persona más interesante del mundo, pero podemos hablar un rato, si te parece —dice Noelia un poco tímida.

—Por supuesto, aunque no creo que exista alguien más aburrido que yo —dice él mientras se sienta a su lado.

Noelia sonríe y Alex también porque en serio le parece que ella tiene una sonrisa muy tierna y linda.

—Disculpa si soy entrometido, pero, ¿estabas escribiendo antes de que llegara? —Sí —Noelia ve a otra parte un poco apenada, a pocas personas le cuenta su pasión por la escritura —. Me gusta escribir.

—Eso es genial, ¿has escrito alguna historia?

—Sí, de hecho, escribí un libro, es corto, un relato.

—Estoy hablando con una escritora —dice sorprendido porque realmente esperaba mucho de esa chica, la veía muy centrada e inteligente.

—¿Te gusta leer? —pregunta Noelia simplemente para que ya el tema de conversación no esté enfocado en ella.

—Sí, me encanta leer y ahora lo próximo que me gustaría leer es tu libro —Alex le contesta muy sinceramente. Noelia se sonroja porque se siente halagada de que el muchacho hubiese sentido intriga por algo que ella escribió. Ese día le pasa volando, hablan muchas cosas y hasta desayunan juntos.

Antes de irse, Alex le pide intercambiar números de teléfono. Le dice que puede recomendar algunos libros que le sirvan de inspiración, ella nunca da su número ni cuenta tantas cosas a la gente y menos a alguien con el que solo ha hablado una vez, pero se sintió a gusto, así que por ese instante deja sus inseguridades y le da su número de teléfono a Alex.

Caminan juntos hasta la parada del transporte. Alex se despide con la mano y Noelia le responde igual, cada uno sigue su camino. Los días siguientes Noelia espera que Alex le escriba sobre los libros que le había dicho, se había sentido curiosa por aquel chico alto de ojos color miel, pero como él no le escribe, ella tampoco se atreve a hacerlo. Es demasiado tímida, por eso lo deja pasar y se enfoca nuevamente en sus cosas.

Ya es fin de semana, saldrá con sus padres a la playa, ese lugar le da paz e inspiración. Bueno, hasta que entra al mar y es arrastrada por las olas. Toda la familia se alista desde temprano y toman rumbo a la playa, en el camino escuchan
música bajita y hablan sobre temas triviales. La abuela Rosa era la mayor fan de la playa, se quedaba en la orilla y le decían «la sirena», porque no salía del mar hasta que la llamaban para irse.

Noelia sonríe al recordar a su abuela en ese lindo momento y decide guardar esa sensación reconfortante en su mente con mayor valor. Noelia se permite olvidar todo lo que perturba su paz. No es fácil, pero descubre que tampoco es imposible. A las cuatro de la tarde empiezan a recoger sus cosas y a cambiarse de ropa para retornar a casa. Llegan en cuestión de tres horas, toman una ducha y todos se van a descansar.

«A veces en el caos podemos encontrar el orden», publica Noelia en su estado junto con una foto que su hermana le tomó en la playa.

Se queda dormida y despierta a las diez de la noche. Noelia frota sus ojos para enfocar mejor la pantalla de su celular.

—¡Qué linda Noe!, ¿escribiendo algo nuevo? —Noelia lee el mensaje que había recibido hace dos horas. Siente su corazón acelerado levemente, una sonrisa se dibuja en su cara antes de contestar el mensaje.

—Hola Alex, gracias, una frase aprovechando la inspiración —Noelia piensa mucho antes de enviar el mensaje, pero finalmente lo envía. No quería que Alex pensara que ella no estaba interesada en contestar.

No se explica la razón por la cual se había emocionado tanto al ver que ese chico le contestó su estado, aunque ella nunca creyó en esas cosas, esta vez era diferente, había sentido una conexión con él desde la primera vez que hablaron. Le inspiraba algo hermoso. Ella no se quería ilusionar y menos tan rápido.

El cielo está nublado, hay una brisa un poco fría. Noelia recibe una llamada desde su trabajo en la que le informan que tendrán que trabajar desde casa por algunos días. Ya habían pasado tres días desde que los enviaron a su casa por el
inconveniente, pero el problema de electricidad en la empresa era más grande de lo
que parecía. En esos tres días, Noelia y Alex habían hablado a través de mensajes sobre algunos libros, gustos y lo que harían ahora que tenían un horario más flexible.

Noelia sale a trotar un rato para distraerse y llenarse de buena energía. Casi llegando a su casa, recibe un mensaje de Alex: «Hola, ¿cómo estás? Te escribo porque me gustaría invitarte a tomar un café mañana, ¿aceptas?».

Siente muchos nervios y emoción a la vez, espera llegar a su casa y le responde: «Hola Alex, estoy muy bien, ¿y tú?, sí, me gusta la idea ¿a qué hora?».

Alex responde: «Genial, a las nueve de la mañana, así desayunamos y hablamos un rato, ¿te parece?».

Noelia escribe: «Sí, nos vemos mañana».

Ella no sale mucho y menos con muchachos. Suena extraño, pero es cierto. Se sintió agradecida con ese sentimiento, tuvo energía para preparar una rica cena para todos y compartir con sus padres y hermana. Vieron una película y así
pasaron el rato hasta que cada uno se fue a dormir.

Noelia toma una ducha y antes de acostarse a dormir escoge la ropa que usará mañana en su salida con Alex. Algo sencillo pero bonito, una blusa rosa pálida ajustada a su cuerpo, un blue jean ancho y zapatos deportivos.

La alarma la despierta a las siete y treinta de la mañana, se levanta de la cama directo al baño, cepilla sus dientes, se baña y va a vestirse tranquilamente.

Recibe un mensaje de Alex: «Buenos días, nos vemos a las nueve en el coffee and break. Sé que está relativamente cerca de tu casa. ¿Te gusta?».

Ella responde: «Buenos días, sí, me agrada. ¡Nos vemos!».

Cuando termina de alistarse, su madre entra a su cuarto y le dice que hoy van a hacer una diligencia y que no estarán en casa toda la mañana. Noelia la abraza y le dice que también saldrá un rato.

Veinte minutos antes de la cita sale de casa, para caminar lento y llegar temprano sin sudar. Llega al sitio planeado a las nueve en punto. Elige una mesa y se sienta a esperar.

Escribe un rato en su teléfono mientras espera. Habían pasado diez minutos de la hora acordada.

Le escribió a Alex: «Hola, ya estoy en el sitio acordado».

Alex responde: «Voy llegando, tuve un inconveniente. Discúlpame».

Noelia sigue escribiendo mientras espera a Alex. El muchacho entra al establecimiento un poco sofocado, divisa a Noelia en una de las mesas y se acerca a ella.

—Hola, ¿cómo estás? —dice Alex antes de darle un pequeño abrazo. —De verdad disculpa la tardanza, no suelo ser impuntual, pero tuve que ayudar a mi mamá con algo.

—No te preocupes, gracias por avisarme. Siéntate ¿cómo estás? —pregunta ella.

—Muy bien, ¿y tú?

—Genial, el día está bastante fresco y eso se agradece.

—Es verdad, detesto el calor —dice Alex mientras trata de generar aire con el
movimiento de sus propias manos. Noelia sonríe mientras lo ve piensa que él es
realmente lindo, educado, además es un hombre que ha visto ser bastante serio en
su trabajo, muy respetuoso y amable.

Se cuentan muchas cosas, descubren que tienen bastante en común y valores muy parecidos. Sin embargo, Alex tiene una personalidad más fuerte y Noelia es un poco más sensible. Alex toma delicadamente la mano de Noelia y ambos siente algo muy bonito con ese simple toque. Al momento de despedirse se dan un abrazo. Noelia queda embobada con su aroma y Alex queda obsesionado con la sensación que le deja ese abrazo. En el transcurso de los meses Alex le pidió a Noelia que fuera su novia y ella descubrió que la vida es como un rompecabezas de diez mil piezas desordenadas, no le encontramos forma, simetría y el encaje correcto. Queremos y esperamos demasiado, más de lo que hacemos, más de lo que luchamos para conseguir lo que anhelamos y cuando empezamos a armar es cuando el rompecabezas va tomando forma, quizás no era la pieza que queríamos que encajara de cualquier manera, sino la que realmente corresponde.

Por su parte, Alex descubrió que el amor es como un viaje con dificultades,
momentos sorprendentes, risas, lágrimas, triunfos y derrotas. El amor no es simple,
pero es sincero, respetuoso y sanador. Juntos empiezan a construir una historia, de
esas que parecen ya no existir en la actualidad.

—¿Qué te hizo darme una oportunidad, ya que tenías tiempo sin salir con alguien? —pregunta Alex, una noche, acostados en la grama viendo la luna. Noelia se voltea para mirarlo a los ojos. Ella lo tenía muy claro, así que suspira.

—Es difícil describirlo en pocas palabras porque, de hecho, fue algo muy profundo. Fue un sentimiento y una decisión, fue un instante mirarte y sentir que algo dentro de mí cambiaste, en mi piel, en mi mente. Luego bastaron algunas palabras para comprender que eras diferente y enseguida sentí una conexión, sentí miedo de que fuera solo una ilusión, sin embargo, solo necesité poco tiempo para eliminar esas inseguridades y hasta ahora me siento tan agradecida por tenerte en mi vida. Puedo decir que fue tu vibra tan bonita, mezclada con esa hermosa mirada, fue cada palabra que usaste, todas tan adecuadas y llegaste para enseñarme miles de cosas buenas —Alex la mira sonriendo y con los ojos brillantes, emocionado por las palabras de Noelia. Ella acaricia su mejilla y continua—. Entre las cosas más importantes que me enseñaste fue a confiar en ti, y a volver a confiar en mí. Me cautivaste y si te preguntas cómo, es algo que espero seguir descubriendo cada día porque cada segundo que pasa me demuestras lo maravilloso que eres, lo hermoso, amable, atento, inteligente y valiente. Eres la risa que siempre quiero escuchar, la cara que siempre quiero mirar, eres el abrazo que me calma y mi momento más esperado.

Alex la mira con ternura, la ayuda a pararse de la grama y la abraza con fuerza. En ese abrazo le transmite todo el agradecimiento que siente de tenerla en su vida y luego la besa, un beso lleno de ternura y pasión como si en ese momento se fuese a acabar el mundo.

—Me gusta que lo sigamos intentando y que en la rutina encontremos momentos para vernos, me gusta que tu felicidad es la mía, que nos apoyemos, que me tomes fuerte de la mano y que cada día me demuestres todo tu amor.

«Cuidado con lo que deseas», decía la advertencia en la fuente. Es cierto, debemos tener cuidado con lo que deseamos porque cada anhelo que tenemos no llega por arte de magia, no se cumple instantáneamente, sino que viene con lágrimas, pruebas difíciles, circunstancias que te hacen pensar si continuar o renunciar. Tener un gran deseo implica tener que sobrepasar caminos hermosos, pero también dolorosos.

La vida no es una fuente que cumple deseos y a veces a pesar de que nos cueste aceptarlo nos muestra planes diferentes a los nuestros, por eso debemos aprovechar cada segundo al lado de las personas que amamos. No basta solo con vivir deseando, sino también tener convicción en lo que queremos y eso es lo que convierte los deseos en hechos, a pesar del camino adverso que toque atravesar.

Alex y Noelia decidieron afrontar ese camino, enamorarse cada día, respetar sus espacios, cumplir sus promesas, apoyarse y ser el soporte del otro en sus peores momentos, sin rencores ni incertidumbres. Sienten miedo, pero siguen siendo tan valientes como el primer día que se dieron la oportunidad de conocerse. No solo cada parte del rostro y el cuerpo, sino cada uno de sus miedos, debilidades, tristezas, inseguridades, sus gustos y sus más grandes sueños. Hubo noches en las que hablaron de su pasado, pero generalmente hablan del presente y del futuro que están luchando por tener juntos y así sea el futuro un tiempo incierto, de algo están completamente seguros y es que a lo largo de esa travesía que están viviendo han descubierto la inexactitud del tiempo porque una hora se siente como un minuto cuando hablan o comparte algo, por eso prometieron siempre verse con amor y admiración. Estar dispuesto a tener temas complicados, a hablar con respeto, así estén enojados y sobre todo que el tiempo siga pareciendo absurdo, si están juntos.

 

 

Neymar Romero

Neymar Ivette Romero, Nació en Valencia Edo. Carabobo, Abogada de profesión. Autora del libro "Motín de Pensamientos". Su pasión por la naturaleza y la lectura es la fuente de su inspiración. La narrativa de no ficción es su género literario favorito aunque le gustaría seguir explorando otros géneros.